consumo de alcohol
El consumo de alcohol, incluso en cantidades relativamente pequeñas, aumenta el riesgo de siniestros viales.
De acuerdo a la OMS, beber deteriora las funciones esenciales para una conducción segura, como la visión y los reflejos, y disminuye la capacidad de discernimiento.
En el caso de los conductores de monopatines, aumenta la posibilidad de sufrir heridas en la cabeza, huesos rotos, hombros dislocados, entre otros.
En general, el riesgo de sufrir un siniestro mortal es 17 veces mayor para una persona que conduce bajo los efectos del alcohol que para un conductor sobrio.
En los adultos jóvenes de entre 20 y 29 años, el riesgo de sufrir las consecuencias de conducir bajo los efectos del alcohol es tres veces mayor en comparación con los conductores mayores de 30 años, cualquiera que sea el nivel de alcoholemia.