La velocidad es uno de los principales factores de riesgo tanto en la ocurrencia de colisiones como en las consecuencias de las mismas. Una velocidad segura protege no solo al conductor y a los pasajeros, sino también al resto de personas con las que se comparte la ruta.
Según la OMS, el 40% de los choques se deben al exceso de velocidad: Un aumento del 5% supone un incremento aproximado del 10% de los siniestros con heridos y del 30% de los siniestros mortales. Es decir que disminuir 10km/h la velocidad, reduce un 30% el riesgo de accidentes mortales.
El riesgo de defunción de un peatón golpeado por la parte frontal de un automóvil aumenta con la velocidad (se multiplica por 4,5 de 50 km/h a 65 km/h). Y en el caso de un impacto lateral entre automóviles que circulan a 65 km/h, el riesgo mortal para los pasajeros es del 85%.